Un reportaje a Claudio Gabis, en el sitio web de Jorge Senno
Claudio Gabis habla de Blues, trenes, y Avellaneda
Una tarde de verano, en Diciembre del ’98, decidimos con Claudio hacer un alto en uno de los paseos suburbanos de blues y ferrocarriles, que solemos realizar durante las anuales visitas de Gabis a Bs. As.. La Cervecería de Quilmes ofrecía un marco adecuado, para charlar sobre “Avellaneda Blues” y su proceso creativo, treinta años después.
La historia de como se inició la composición de “Avellaneda Blues” tiene como punto de partida un bar, que se llamaba el bar “Plaza”, frente a Parque Rivadavia; en el verano del ‘68. Allí me encontré con Luis Gambolini, que era un gran amigo mío, baterista, armoniquista cantante; tocó con Edelmiro (Molinari) en Color Humano…
En La Pesada también tocó, no?
Sí, éramos vecinos y él era uno de mis amigos de la época más temprana de mi dedicación musical.
Con Javier (Martínez) y Alejandro (Medina) ya estábamos ensayando con Manal; y me encontré con Gambolini a tomar una cerveza, en una noche de verano, a eso de las 9 ó 10 de la noche y luego de la primera o segunda cerveza le digo : “Escuchame , Luis, ¿no me acompañás a pasear por Avellaneda?”; y me dice : “Vos estás loco, ¿qué vamos a hacer en Avellaneda”; y yo le digo “Tengo ganas de hacer un paseo, es una noche muy blues”. Hacía calorcito, había un ambiente propicio como para hacer una excursión de ese tipo…nocturno, y, se vé que la cerveza me había inspirado. Finalmente lo convencí.
Nos tomamos un colectivo y fuimos a parar a la barrera que hay en Avellaneda, en Fiorito más específicamente, en la Av. Bernardino Rivadavia, donde se cruza con el ramal de cargas que viene de la Estación Solá en Buenos Aires. Este tren, que es exclusivo para cargas, sale de Solá, cruza el Riachuelo (hemos estado por ahí alguna vez); cruza B. Rivadavia por ese paso a nivel del cual te hablaba, y de ahí se dirige hacia la Av. Pavón, la cruza por ariba y va directamente a lo que se llama el “Kilo 5”, que es una playa de clasificación de cargas que queda frente a Gerli. Cruza por un puente sobre la línea principal del F.F.C.C. Roca a Temperley (el ferrocarril más blues de todos). Por encima del Kilo 5 pasan los siete puentes. Esta zona para mí es el corazón del blues ferroviario porteño.
Entonces fuimos caminando desde B. Rivadavia por el terraplén cruzamos sobre la Av. Pavón, por un puente que creo que sólo tiene los durmientes, o sea que hay que ir saltando de durmiente en durmiente. A todo esto ya eran como las doce de la noche. Seguimos caminando hasta llegar al Empalme Crucesita que queda atrás de las gloriosas canchas de Racing e Independiente. Ahí estábamos realmente en el medio de la nada ferroviaria, con un cagazo negro. Los perros ladraban, no había nadie, la verdad que era muy blues, todavía habían locomotoras de vapor y se escuchaban los silbatos a lo lejos, las bocinas de las Diesel, las luces de la ciudad en el fondo, los carteles luminosos a lo lejos detrás de los monoblocs, y nosotros totalmente a oscuras; pasaban los trenes de la línea a Sarandí. Nos bajamos como pudimos por el terraplén hacia la Av. Mitre y nos volvimos nuevamente al mismo bar, en Florencio Balcarce y Rivadavia, que ya estaba cerrando.
Nos tomamos una última cerveza y el gallego nos echó. Yo me volví a mi casa. Estaba muy excitado, porque además, realmente el paseo había sido blues, ferrocarriles; que junto al Riachuelo y todo el Sur son lugares muy inspiradores para mí.
En casa agarré la viola “Supertone”, no tenía la Telecaster todavía, y sin conectarla; porque mis viejos no se podían enterar, monté los acordes del tema. Hice una secuencia de blues diferente con cosas que a mí me sonaban a Avellaneda, pero eso es personal y subjetivo; por ejemplo ese “vamp” que se repite G Am ; eso me suena a Avellaneda. ¿Por qué? porque sí. Y me suenan precisamente al cruce del Riachuelo tanto por el F.F.C.C. Roca, como por el puente Pueyrredón. Y hay acordes que me sonaban a esa soledad del descampado con las vías, los edificios y las calles lejos detrás de la playa ferroviaria. Todo eso está sugerido por la armonía, personalmente, para mí. Pero hay dos acordes que me lo sugieren particularmente: uno es el Bb en lugar del dominante (es decir en el tema no se pasa por un D7, sino que se trabaja Bb Am), y el Cm7(b5) antes de ir al Bb. Esa misma noche hice un bosquejo, escribí en una hojita que conservo todavía, unas ideas de imágenes, una media docena.
Al día siguiente, o un par de noches después, hubo a una famosa fiesta, en la que conocimos a Jorge Alvarez, nuestro productor, en el Hogar Obrero de Rivadavia y J. M. Moreno, en la casa de Pirí Lugones y sus hijos, que eran amigos nuestros. Pirí fue una famosa desaparecida posterior. En esa fiesta nos presentaron a Jorge Alvarez y a Pedro Pujó, que fueron los futuros Mandioca; la reunión había sido organizada por Pirí que conozcamos a Alvarez. Entre un montón de gente estaban Miguelito Abuelo, Tanguito, Alejandro (Medina), Javier, yo, y muchos otros. Gente inn del ambiente de esa época. Tocábamos, charlábamos…
En un momento yo me recosté junto a una pared cercana a una ventana con Javier, y le digo: “Estuve haciendo esta base de Blues, y empecé a hacer una letrita”; le mostré la base y le conté un poco lo que habíamos hecho. Alguien de los dos tomó papel y lápiz, y Javier se hizo cargo de la poética, tomando un par de ideas de lo que yo había hecho, y después, por supuesto desarrollándolo. En menos de una hora, yo creo que estaba hecho el tema. Como era habitual en esos casos, se cantaba en ese mismo momento, delante de todo el mundo, con la gente alrededor escuchando. Me acuerdo de la imagen de Jorge Alvarez copado. Creo que tal como quedó ese día fué…Había imágenes que me resultaron extrañas, pero que hoy no me resultan extrañas; como la del amigo durmiendo cerca de un barco español … Me parece que Javier citaba ahí, con libertad poética, a algunos de los amigos que teníamos en Avellaneda: Enrique Avellaneda era uno, bajista , guitarrista, cantante; Cebollo que era un punguista amigo nuestro (un gran tipo, a pesar de su profesión); otro que era encargado de cabinas de señales del F.F.C.C. Roca, en Gerli, había mucha gente amiga. También pudo haber citado a algún vagabundo, no?. Eso después lo toma Moris.
En el “Mendigo de Dock Sud”.
A mí lo que me sugiere “Avellaneda Blues”, que en el caso tuyo personal sabés que es auténtico, que yo soy un enamorado del Sur; y de los que pasan por el Sur; yo no vivo ni viví en el Sur; la visión de todo eso desde adentro debe ser diferente; pero es un tema que yo considero básicamente bello, un tema hermoso con un buen equilibrio letra/ música, y con una poesía que si bien no me atrevo a decir que es mejor ni peor que otro tema de Javier (porque el 100% de las letras que Javier escribió en esa época y que está en esos discos de Manal a mí me parece todo impresionante); pero ese blues tiene una característica acuarelística no del todo común en el Rock (sí en el Tango y en otros géneros), con esa frescura y con ese nivel . Ese tema tiene nivel…Tiene nivel poético, tiene nivel musical, de interpretación del trío.
Yo tengo recuerdos maravillosos tanto de lo que atañe al momento de componerlo, como a su grabación; de como nació y se hizo. Fue todo muy inspirado.
Lo grabaron también de una…
Se grabó bajo, batería y guitarra rítmica, luego el canto, la viola octavada y el solo; y más tarde le puse piano. Lo que hice en el piano, modestia aparte, aunque no tiene técnica, ni virtuosismo ni nada, me gusta. Le dió un color muy apropiado. Desde la parte que a mí me corresponde como compositor, la sensación que me dá es que el tema está logrado. Se logró lo que queríamos transmitir.
¿Querés comentar algo acerca del solo?
La primer fase del solo está inspirada en una frase de saxo de Gerry Mulligan de un disco que yo tenía de él y que me había prestado Javier. Un desarrollo fraseológico que le hice a eso fue la escala menor armónica (ver “notas”). El resto del solo está “tocado”. Yo tenía el comienzo y la solución esa más o menos previstos. El resto lo toqué… y no me gustó. Recuerdo que terminé de tocar el solo por segunda vez, y volví totalmente descorazonado a la cabina, y en eso sale de allí Javier, Alejandro y el técnico diciéndome que “está buenísimo”, y yo les respondí “ No, no me gusta”, y ellos me decían “ese solo es”. No era de mi agrado sobre todo la segunda parte. Incluso pienso que tanto en la grabación que hicimos con León Gieco (en el C.D. “Convocatoria 2”) como en la original el solo debió haber tenido una sola vuelta. Pero en la original la segunda vuelta se resuelve muy bien.
La versión con León también fue muy inspirada y está tocada con gente muy entrañable para mí: Ciro Fogliatta en teclados, Horacio Fumero ( que fue quien vino con Gieco desde Cañada Rosquín a Bs. As., tocaban juntos en “Los Moscos”) en contrabajo. Con Fumero compartimos varios grupos. Vive en Barcelona y nos vemos muy a menudo (Claudio reside actualmente en Madrid). Grabamos en España la base, y luego la trajimos a Bs. As. y la cantó León; con la peculiaridad de que Gieco esté cantando un tema supuestamente distante de lo suyo, y sin embargo no lo hizo distante. No lo comparo con Javier. Lo de Javier para mí es insuperable, y lo de León también.
Notas:
Pocas cosas me quedan para agregar, solo un par de aclaraciones.
-A lo largo de todo el tema hay una guitarra octavada que va doblando las fundamentales de los acordes (Ej: G, C#, C, etc).
-Muchos de los finales de frase tienen arrastres (lo mejor es escuchar para darse cuenta).
-En los compases 20 (al final) y 21 hay una hermosa frase en Am armónico (con el Eb de paso en la parte ascendente que viene de la escala de Blues de G).
-El resto del solo se basa en la Escala de Blues de G y en la Mixolidia de G.
Avellaneda Blues
(Javier Martínez- Claudio Gabis)
G7(13) [C#7(9)]
Vía muerta
C7(9)
Calle con asfalto
G7(13) F#7(13) G7(13) C#7(9)
siempre destrozado
C7(9)
Tren de carga
Em7(b5)
El humo y el hollín
G7(13) F#7(13) G7(13) Cm7(b5)
están por todos lados
Bb Am7
Hoy llovió
G7(13) Am7
Y todavía
G7(13) Am7 [G7(13) Am7] x2
está nublado.
Sur y aceite
Barriles en el barro
Galpón abandonado
Charco sucio
El agua va pudriendo
un zapato olvidado
Un camión interrumpe
el triste descampado.
Luz que muere
La fábrica parece
un duende de hormigón
Y la grúa
su lágrima de carga
inclina sobre el Dock
Un amigo duerme
cerca de un barco español.
Amanece
La avenida desierta
pronto se agitará
Y los obreros
fumando impacientes
a su trabajo van
Sur, un trozo de este siglo
Barrio industrial.
jorgesenno@gmail.com
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